En la vida todos atravesamos pruebas que parecen demasiado pesadas, momentos en los que sentimos que el dolor nos supera. Pero hay algo que puede sostenernos incluso en medio de la noche más oscura: un sentido, un propósito, un “porqué” que nos recuerda que vale la pena seguir.
Lo expresó Friedrich Nietzsche con estas palabras:
“Quien tiene un porqué para vivir puede soportar casi cualquier cómo.”
Ese porqué no se encuentra en las modas ni en la aprobación ajena, sino en aquello que hace que nuestros días merezcan repetirse. Puede ser un sueño, un compromiso, una persona, una convicción profunda. Lo importante es que ese motivo nos devuelve dirección cuando todo lo demás se tambalea.
Imagina a alguien que atraviesa una enfermedad difícil. El dolor es real, pero encuentra fuerza en el deseo de ver crecer a sus hijos. Ese propósito no elimina el sufrimiento, pero lo convierte en un camino con sentido, algo que le permite seguir avanzando paso a paso.
Piensa un momento:
¿Cuál es ese “porqué” que te sostiene en los momentos más difíciles?
Puedes compartir tu reflexión en los comentarios o guardarla en tu diario personal. No se trata de lo que escribes, sino de lo que descubres mientras lo haces.
