A veces seguimos insistiendo, aunque algo dentro ya sepa que no. Aunque el cuerpo lo haya entendido antes que la mente. Aunque esa voz interna susurre, sin rodeos: ahí no es.
Esta frase lo resume con sencillez:
«También es inteligencia emocional no entrar donde sabes que solo vas a salir herido.»
Una invitación a parar un momento. A escucharte sin excusas. Y, si te apetece, a hacerte esta pregunta:
¿Dónde sigues entrando sabiendo que te desgasta?
No tiene por qué ser algo grande. Tal vez una conversación que se repite y nunca cambia, una relación donde siempre eres tú quien cede, o ese pensamiento que vuelve, aunque ya no te hace bien.
No hace falta que lo compartas si no quieres. Pero si te ayuda, puedes escribirlo. A veces escribirlo es una forma de empezar a soltar.
