Resiliencia: no es aguantarlo todo, también es cambiar

En la vida muchas veces confundimos resiliencia con resistencia. Creemos que ser fuertes significa soportarlo todo, aunque nos esté desgastando por dentro. Pero no siempre se trata de aguantar más, sino de saber cuándo algo ya no funciona y elegir otro rumbo.

La imagen más clara es la de un coche que ya no arranca. En lugar de aceptar que necesita un cambio, insistimos en empujarlo sin dirección, como si el esfuerzo fuera suficiente. La resiliencia no es empujarlo sin parar, es reconocer que no prende y atreverse a tomar otra salida.

La frase central de esta reflexión lo expresa así:

“Resiliencia no es resistirlo todo. Es reconocer cuándo algo ya no funciona y decidir cambiar.”

Piensa un momento:
¿Qué parte de tu vida intentas seguir empujando aunque ya no arranque?

Puede ser una relación, un trabajo o incluso una costumbre que ya perdió sentido. La respuesta no siempre es inmediata, pero escribir sobre ello te ayudará a reconocer qué merece tu energía y qué es momento de soltar.

Si quieres, puedes anotar en tu diario: ¿qué camino estás intentando forzar y cómo se transformaría tu vida si en lugar de empujarlo eligieras cambiar de rumbo?

Puedes compartir tu reflexión en los comentarios o guardarla en tu cuaderno personal. No se trata de lo que escribes, sino de lo que descubres mientras lo haces.


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