Muchas veces no es la mentira lo que nos engaña, sino creer que ya sabemos la verdad.
Vivimos repitiendo creencias como si fueran certezas, hasta que un día nos atrevemos a dudar y descubrimos que muchas eran solo ilusiones. Replantearse lo que uno cree no es debilidad, es el primer paso hacia la libertad.
Esta frase lo dice con claridad:
“Muchas veces no es la mentira lo que nos engaña, sino creer que ya sabemos la verdad.”
Cuestionar lo que damos por sentado puede ser incómodo, pero también abre la puerta a crecer. No se trata de derribar todo lo que creemos, sino de revisar si lo que sostenemos hoy sigue siendo válido, si nos acompaña o si más bien nos limita.
Y ahora, antes de seguir, piensa:
¿Qué creencia tuya merecería ser revisada hoy?
Un ejemplo sencillo: alguien que siempre creyó que debía estar disponible para los demás todo el tiempo. Esa creencia parecía una verdad incuestionable, hasta que descubrió que lo estaba llevando al agotamiento. Aprender a decir “no” fue replantearse una verdad mal aprendida y transformarla en libertad.
Escribir sobre esto en tu diario puede ayudarte a descubrir qué ideas sostienes por costumbre y cuáles realmente quieres mantener. Puedes compartir tu reflexión en los comentarios o guardarla en tu cuaderno personal. No se trata de lo que escribes, sino de lo que descubres mientras lo haces.
