Madurar no es solo aprender a ver los errores de los demás, también es reconocer los propios. A veces nos cuesta admitir que nuestras actitudes hieren, que nuestras palabras pueden sobrar o que nuestro silencio pesa más de lo que creemos.
Esta frase lo dice con claridad:
“Madurar también es reconocer que hay actitudes propias que necesitamos cambiar.”
Crecer no significa alcanzar la perfección, sino aprender a mirarnos con honestidad, aceptar nuestras sombras y transformarlas poco a poco en algo que nos permita estar más en paz.
Y ahora, antes de seguir, piensa:
¿Qué actitud tuya sabes que necesitas transformar para estar más en paz contigo y con quienes te rodean?
Escribirlo puede ayudarte a darle forma a lo que llevas dentro. Puedes dejarlo en los comentarios o en tu propio espacio de escritura, como un acto de sinceridad contigo mismo.
Escríbelo si lo sientes. Guárdalo si lo necesitas. Compártelo si lo deseas. No para ser perfecto, sino para seguir creciendo con claridad.
